No era diferente, simplemente, especial.
Ella quería leer, quería estudiar, quería ser una más en una
clase llena de chicos. Todos sus compañeros la trataban mal, la despreciaban,
le hacían sentir inferior, todos menos el profesor, que la hacía sentir
especial. Sabía que no era como los demás, que llegaría lejos, que debería
luchar por lo que quiere, él sabía que destacaba por encima del resto. Sacaba las mejores notas, era la mejor
persona, era muy humilde. Cuando
profesor y alumna se encontraron años después, ella había conseguido ser
ingeniera –dijo- y él orgulloso, sonrió.
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